Agronomía (del latín ager, 'campo', y del griego νόμος, nomos, 'ley'), denominada
también como ingeniería agronómica, es el conjunto de conocimientos de diversas
ciencias aplicadas
que rigen la práctica de la agricultura y la ganadería. Es la ciencia cuyo objetivo es
mejorar la calidad de los procesos de la producción y la transformación de
productos agrícolas y alimentarios; fundamentada en principios científicos y
tecnológicos; estudia los factores físicos, químicos, biológicos, económicos y
sociales que influyen o afectan al proceso productivo. Su objeto de estudio es
el fenómeno complejo o proceso social del agro ecosistema, entendido éste como el
modelo específico de intervención del hombre en la naturaleza, con fines de
producción de alimentos y materia prima.
QUE ES SER UN INGENIERO
AGRONOMO.
BENEFICIOS DE LA
AGRICULTURA ORGANICA.
La
agricultura ecológica es una agricultura para la vida
como la concibe el Dr. Mario Mejia para la agricultura convencional:
"es un problema mundial“. La agricultura química, de revolución,
verde, científica, moderna o técnica, está inscrita en la cultura
de la matanza, mediante sus bases materiales (maquinas, insecticidas,
herbicidas, fungicidas, abonos químicos), cuyo origen histórico esta
directamente relacionado con las industrias de guerra:
alianza de las elites de capital y de la ciencia.
La
agricultura orgánica es ecológica, es la
única apertura para defender la vida, ampliar horizontes y
ayudar en la cura de un ambiente y una
sociedad enfermos.
El modelo técnica
ecológica, en sus distintas modalidades, promueve la producción agrícola y
la crianza animal respetando el medio ambiente y,
desarrollando los recursos naturales, se basa en la
diversificación y el trabajo, a favor de las leyes de la
naturaleza, para generar Alimentos sanos de mayor calidad nutricional y
sensorial, buscándolo en el desarrollo Integral del
agricultor.
Es una agricultura
intensiva en conocimientos y de aprovechamiento, óptimos de
recursos como el sol, el suelo, el Agua, la vegetación, la fauna y los
microorganismos.
La
agricultura ecológica es la respuesta económica, social y
ambiental por las siguientes razones o beneficios:
Es
independiente porque utiliza, fundamentalmente, los recursos de la
misma finca (estiércoles, rastrojos, desperdicios orgánicos). Usa
intensivamente la mano de obra familiar y se aprovecha al
máximo el agua y las energías naturales ( sol, viento, etc.).
Es menos
vulnerable a los cambios de precios de cosechas e insumos por
estar diversificada y usar pocos insumos externos.
Es la más adecuada
para pequeños productores por ser más eficiente.
Es menos fluctuante
ante los problemas ambientales por la agricultura convencional, solo
funciona en condiciones óptimas de climas e insumos.
La
agricultura convencional va destruyendo los recursos como el
agua y el suelo, conforme pasan los años. En cambio, la
agricultura orgánica, con el tiempo, mejora la fertilidad y la
textura de los suelos, y mantiene limpia el agua, mejora el
microclima e incrementa su productividad.
La agricultura orgánica
promueve la asociación y rotación de cultivos, y como
consecuencia directa de la diversidad, le permite al agricultor tener
una amplia canasta de productos para las Conservas.
La
agricultura orgánica mejora la calidad de la Nutrición de
la salud como se ha demostrado estadísticamente (ver diferencias
nutricionales).
La agricultura orgánica
es la agricultura del hogar, la técnica ancestral en que el campesino
conoce y puede más fácilmente asimilar los adelantos
técnicos que se hacen en esta agricultura.
La agricultura
orgánica en el mercado tiene un crecimiento del 20% anual,
sostenible al menos, durante los próximos 10 años, frente a una
agricultura orgánica que es un digito con tendencia a disminuir.
La agricultura
orgánica, en resumen, da la respuesta al modulo técnico y
económico importante, que ha llevado a la desigualdad social, la
destrucción de los ecosistemas, la contaminación ambiental y la
desaparición del campesino en todo el mundo autárquico.
PRINCIPIOS Y BENEFICIOS
DE LA AGRICULTURA ECOLOGICA.
La agricultura
ecológica, también llamada orgánica o biológica, se basa en el cultivo que
aprovecha los recursos naturales para, por ejemplo, combatir plagas, mantener o
aumentar la fertilidad del suelo, etc., sin recurrir a productos químicos de
síntesis como fertilizantes, plaguicidas, antibióticos, y similares, y en la no
utilización de organismos que hayan sido modificados genéticamente, los transgénicos. De esta forma se consiguen
alimentos más naturales, sanos y nutritivos. Además, se ayuda a conseguir
una mayor sostenibilidad del medio ambiente causando el mínimo impacto medio
ambiental.
Hay varios tipos de
agricultura ecológica que se basan en el equilibrio y respeto con el medio
ambiente, como son, la agricultura Biodinámica, la agricultura Natural o Fukuoka, la agricultura sinérgica, la agricultura
Mesiánica, la Permacultura, etc.
Estas son algunas
razones para consumir productos ecológicos:
Son saludables
Los productos
ecológicos son más saludables ya que están libres de residuos tóxicos
persistentes procedentes de pesticidas, insecticidas, antibióticos,
fertilizantes sintéticos, aditivos y conservantes, muchos de ellos utilizados
en la agricultura convencional para eliminar insectos o plagas y combatir
enfermedades, para añadirles color y brillo (manzanas, naranjas, etc.) y que a
medio o largo plazo producen causas muy negativas en nuestro organismo, como
por ejemplo Párkinson. Al no contener substancias
artificiales, los alimentos procedentes de la agricultura ecológica son
asimilados correctamente por el organismo sin alterar las funciones
metabólicas. Según los especialistas en nutrición, gran parte de las
enfermedades degenerativas tienen su origen en la alimentación.
Otra característica de
la agricultura ecológica es que, al cultivar los alimentos en suelos
equilibrados por fertilizantes naturales, los productos son más nutritivos ya
que contienen unos niveles más altos de vitaminas –especialmente la C–,
minerales esenciales –calcio, magnesio, hierro, cromo…–, antioxidantes –que ayudan a prevenir
determinadas enfermedades como el cáncer–, hidratos de carbono y proteínas.
No contienen aditivos
sintéticos
Los alimentos
ecológicos no contienen aditivos de síntesis que pueden provocar problemas en
la salud tales como insuficiencias cardíacas, osteoporosis, migrañas, alergias,
hiperactividad, Párkinson, etc.. Cabe destacar que los productos
biológicos, cultivados sin el uso de agroquímicos, respetando los ritmos
naturales y sin aditivos, son equilibrados y muy ricos en nutrientes. Por otro
lado, diferentes estudios han demostrado que no es imprescindible la
incorporación de sustancias de síntesis en el cultivo o producción de alimentos
ni en su conservación posterior. No hace falta buscar productos fuera de
temporada para colmar las necesidades nutricionales de nuestro organismo.
No contienen pesticidas
Centenares de
pesticidas químicos son utilizados habitualmente en la agricultura convencional
lo que provoca que restos de residuos de pesticidas aparezcan en los alimentos
procedentes de esta agricultura que ingerimos diariamente. Diferentes estudios toxicológicos realizados
demuestran la relación existente entre los pesticidas y ciertas patologías como
el cáncer, las alergias y el asma.
El uso de pesticidas
también es perjudicial para la salud del trabajador agrícola, un problema serio
especialmente en países en desarrollo, donde el uso de pesticidas está poco
regulado.
Por otra parte, en
Europa se ha ocultado la alta toxicidad del glifosato.
A su vez, la
utilización de estas sustancias daña el medio ambiente y conlleva un coste
adicional a la sociedad, ya que ésta debe eliminar los residuos que los
pesticidas dejan en la naturaleza.
No contienen organismos
genéticamente modificados
En la agricultura
ecológica no se autorizan los organismos genéticamente modificados (OGM). El
cultivo de OGM tiene consecuencias negativas para el medio ambiente y faltan
investigaciones sobre las consecuencias a largo plazo del cultivo transgénico;
actualmente no existen resultados científicos que demuestren que el cultivo de
OGM y los alimentos transgénicos sean inofensivos para el medio ambiente y la
salud humana, y ya se conocen efectos indeseados por la ingesta de
plantas modificadas genéticamente .
Además, tan sólo cuatro compañías controlan la alimentación mundial
La agricultura con
organismos genéticamente modificados conduce hacia la uniformidad genética y
con ello hacia una erosión genética, lo que significa una pérdida de variedad,
con grandes extensiones de un mismo cultivo. La agricultura ecológica quiere
conservar e impulsar la variedad genética de las especies y tipos, y con ello
la riqueza de los paisajes de cultivos autóctonos. Aquí tienes más detaller
sobra la pérdida de biodiversidad
Son sostenibles con el
medio ambiente
Respetar el medio
ambiente es una de las máximas de los productos ecológicos; cuando consumimos
alimentos de cultivo ecológico colaboramos en la conservación del medio ambiente
y evitamos la contaminación de la tierra, el agua y el aire.
La agricultura
ecológica es la más respetuosa con la fauna, la que genera una contaminación
más baja de aerosoles, produce menos dióxido de carbono, previene el efecto
invernadero, no genera residuos contaminantes y ayuda al ahorro energético y de
los gobiernos, ya que en el cultivo y en la elaboración de los productos se
aprovecha el máximo de recursos renovables.
Cabe destacar que la
disminución de la diversidad biológica es uno de los principales problemas
ambientales de la actualidad; la agricultura orgánica preserva las semillas
para el futuro, impidiendo, de este modo, la desaparición de algunas variedades
de gran valor nutritivo y cultural.
Tienen máximos niveles
de calidad
Los alimentos
ecológicos provienen de la agricultura ecológica, que utiliza un sistema de
producción de la máxima fiabilidad pues está sujeto a una trazabilidad desde el
campo hasta la mesa mediante el Reglamento Europeo 834/2007.
Todos los agentes que
intervienen en la cadena agroalimentaria están sujetos al control e inspección
de las materias primas utilizadas, el proceso de elaboración, el envasado, el
etiquetado, etc. mediante las empresas de control y certificación acreditadas.
Son respetuosos con la
naturaleza
La agricultura
ecológica fertiliza la tierra y frena la desertificación; favorece la retención
del agua y no contamina los acuíferos; fomenta la biodiversidad; mantiene los
hábitats de los animales silvestres, permitiendo y favoreciendo la vida de
numerosas especies; respeta los ciclos naturales de los cultivos, evitando la
degradación y contaminación de los ecosistemas; favorece la biodiversidad y el
equilibrio ecológico a través de diferentes prácticas: rotaciones,
asociaciones, abonos verdes, setos, ganadería extensiva, etc.; potencia la
fertilidad natural de los suelos y la capacidad productiva del sistema agrario;
recicla los nutrientes incorporándolos de nuevo al suelo como compost o abonos
orgánicos, y utiliza de forma óptima los recursos naturales.
En resumen, respeta el
equilibrio de la naturaleza contribuyendo a la preservación del ecosistema y al
desarrollo rural sostenible.
Son más sabrosos
Los productos
ecológicos, al ser elaborados de forma más artesanal y cuidadosa, recuperan los
gustos originales y tienen mejor sabor. Debido a que las plantas sólo son
regeneradas y fertilizadas orgánicamente, éstas crecen más sanas y se
desarrollan de mejor forma, conservando el auténtico aroma, color y sabor. Por
ello, muchos consumidores prefieren alimentos ecológicos, ya que conservan el
verdadero gusto de cada ingrediente y les permite recuperar el sabor
tradicional de los alimentos. Además, los alimentos ecológicos se conservan
mejor que los convencionales.
DIFERENCIAS
NUTRICIONALES ENTRE ALIMENTOS ECOLOGICOS Y CONVENCIONALES.
La información acerca
de la diferencia de calidad entre los productos ecológicos y los de cultivo
convencional es confusa muchas veces y esta confusión está creada desde los
intereses económicos de las empresas directamente implicadas en la producción
de químicos agroalimentarios como abonos, pesticidas, herbicidas, antibióticos
y hormonas.
La diferencia en la
composición química de un alimento según el modo de cultivo la podemos ver en
los ejemplos siguientes:
Valor nutricional de
los alimentos ecológicos meq./100 gr.
Es evidente que las
diferencias son notables y hay numerosos estudios que muestran que los
alimentos ecológicos son más saludables, como el estudio de Nueva Zelanda
de 1940 que demuestra que después de dos años de alimentación ecológica en el
comedor escolar se observó mejor salud dental, mayor resistencia a las
fracturas óseas y menor incidencia de resfriados entre los escolares.
En 1.999 la Sociedad
Española de Neurología afirmó que los pesticidas de uso habitual tienen efectos
semejantes a las armas químicas y contribuyen al creciente incremento de las
enfermedades degenerativas del sistema nervioso. La organización The
Nutritional Cáncer Therapy Trust en 2.001 dice que la terapia nutricional del
cáncer solo es posible con alimentos ecológicos ya que uno de sus objetivos es
evitar contaminantes y toxinas.
Consumir alimentos
ecológicos tiene unas repercusiones muy importantes no tanto a nivel personal
en lo que se refiere a la salud individual, sino a nivel social-ecológico
en lo que respecta a la salud del planeta.
Los pesticidas modernos
utilizados para combatir las plagas, actúan destruyendo enzimas indispensables
para la respiración celular a nivel de las mitocondrias. Asimismo pasan de un
ser vivo a otro según la cadena alimentaria y permanecen en el suelo más de 15
años. Es decir, el envenenamiento persiste desde la alfalfa que comen unas
gallinas a los huevos que ponen, a la tortilla que cena una madre que amamanta,
a la leche materna y consecuentemente al bebé.
Según el efecto de
concentración que se produce en la pirámide alimentaria más del 90% de
todos los residuos químicos tóxicos que se encuentran en los alimentos están en
los de origen animal. Debemos pensar si comer carne, huevos y productos lácteos
procedentes de la ganadería convencional, a la luz de esta información, es
tóxico. De hecho podríamos hablar de dieta ecológica la que estaría
compuesta de alimentos de producción ecológica y exenta de carne.
Si nos atenemos a la
contribución que la producción industrial de carne para consumo
humano tiene en la elevación de la tasa de CO2 atmosférico, nos
sorprende que es una industria más contaminante que la mayoría. El uso de
combustibles fósiles desde la tala indiscriminada de árboles para producir
grandes extensiones de monocultivos con una agricultura mecanizada, la
producción de granjas, el transporte, procesamiento y conservación de la carne…
no tiene precedentes. La forma de comer convencional donde el alimento animal
es de consumo diario y en una proporción que muchas veces es más del 50% del
volumen total ingerido es absolutamente antiecológica como veremos a
continuación.
La cantidad de CO2 que
se vierte a la atmósfera en la actualidad es impresionante como decíamos antes,
este hecho produce un aumento de la temperatura global del planeta con unas
sequías prolongadas y las consiguientes inundaciones que tienen lugar como
consecuencia de ese cambio climático. El casquete polar ártico se ha
reducido en más de un 30% a causa del efecto invernadero. A todo este desastre
contribuye una deforestación de casi media hectárea por segundo para hacer
monocultivos de soja y otras forrajeras destinadas a la alimentación del
ganado.
Es el momento de
reflexionar por tanto, acerca de lo que comemos tanto para preservar la salud
ambiental como la personal.
Por ello, si queremos
dar un paso más y analizar si la dieta previene solamente o es capaz de curar
las enfermedades, debemos valorar otros aspectos además de si los alimentos son
ecológicos. Es decir si solamente cambiamos la calidad del vino común a
vino ecológico, la calidad de la charcutería a jamón ecológico… estamos dando
un paso importante en cuanto a mayor riqueza en nutrientes y de polifenoles y
otras sustancias bioactivas y menor contenido en pesticidas, pero no estamos
teniendo en cuenta los otros aspectos que configurarían a los alimentos como
poderosas medicinas.
MOTIVOS PARA CONSUMIR
PRODUCTOS ECOLOGICOS.
Porque comer productos
ecológicos:
Son productos de máxima
calidad, con mayor contenido de nutrientes y mejor sabor.
Sanos y seguros al
no usar productos químicos en su producción.
Respetan el medio
ambiente, porque la aplicacion de técnicas agroecológicas faborece
la biodiversidad.
Utilizan recursos
energéticos renovables y locales.
Porque en el consumo de
productos ecológicos pagamos por alimentosmás nutritivos, con menor
contenido en agua, sin aditivos insalubres y libres de hormonas tóxicas,
transgénicos y pesticidas.
Porque apoyamos
la autonomía productiva.
Porque se libera a
la tierra de la sobreexplotación y contaminaciónindiscriminada por el uso de
pesticidas, abonos y monocultivos.
Favorece el consumo
responsable y sostenible.
Porque favorecen un
modelo de desarrollo socioeconómico y de consumo respetuoso con
las generaciones futuras.
El consumo de productos
ecológicos locales ayuda a conservar nuestro entorno.
Mantienen el equilibrio del
ecosistema.
Por que apoyamos a los
agricultores ecológicos de nuestra zona, y así mejoramos e impulsamos la
economía local.
LOS ALIMENTOS
ECOLOGICOS SON LA MEDICINA DEL SIGLO XXI.
Para la profesora
la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y experta de reconocido prestigio
internacional en este campo, Mª Dolores Raigón,los alimentos ecológicos son más
sanos que los convencionales, gracias a su concentración mineral, vitamínica y
de antioxidantes (polifenoles y otros), significativamente superior a las
concentraciones que se encuentran en los productos homólogos de producción
convencional.
La profesora de la
Universidad Politécnica de Valencia destacaba que los alimentos ecológicos son
también mejores desde el punto de vista de la calidad organoléptica. “Son
frutas, verduras que huelen mejor, con unos colores más equilibrados. E
insisto, son más sanos, ya que si tenemos alimentos que tienen mayor
concentración mineral y mayor concentración vitamínica, los beneficios para el
consumidor son claros”, apunta.
Para esta experta, “los
alimentos ecológicos tienen un gran potencial beneficioso para la salud de los
consumidores. Son la medicina del siglo XXI”.
Respecto al sabor,
Raigón apuntó que muchos de los alimentos convencionales –de producción
tradicional- no aportan lo que deberían: “Si una fruta no sintetiza la
concentración de azúcares y ácidos, el índice de sabor no está equilibrado. Un
alimento ecológico respeta los ciclos naturales de producción y por lo tanto es
capaz de concentrar los niveles de azúcares, ácidos, vitaminas y minerales que
requiere para que cumpla con todos los parámetros de máximo sabor, olor, o
color”.
Líder en producción, a
la cola en consumo
Tal y como se ha expuesto
en el simposio, en el plazo de diez años (1998-2008), la superficie dedicada a
la agricultura ecológica en la Comunidad Valenciana se ha incrementado un
196,5%. La Comunidad Valenciana es además pionera en la variedad de productos
ecológicos que se pone a disposición del consumidor. Y a nivel nacional, España
hoy en día es el primer productor de agricultura y ganadería ecológica.
Sin embargo, a pesar de
todo ello, tanto de las grandes ventajas que reúnen para la salud del
consumidor como del liderazgo en producción y el incremento de superficie
destinada a estos productos, el consumo de los alimentos ecológicos en España
está a niveles muy bajos. Somos un país que está a la cola del consumo; éste es
el principal caballo de batalla; somos un país meramente exportador”, concluía
Mª Dolores Raigón.
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miércoles, 5 de febrero de 2014
QUÉ ES LA AGRONOMIA.
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